10.3. Hemorragias
Las hemorragias son la salida de sangre fuera del torrente sanguíneo.
Existen 3 tipos:
- Hemorragia externa: la sangre sale del exterior del organismo.
- Hemorragia interna: la sangre sale del aparato circulatorio para alojarse en una cavidad.
- Hemorragia exteriorizada: se produce una hemorragia interna y la sangre sale al exterior por orificios naturales de nuestro cuerpo.
Según el tipo de vaso sanguíneo afectado, se pueden clasificar las hemorragias en:
- Hemorragia arterial: cuando se secciona una arteria. Se produce una salida intermitente de sangre roja brillante.
- Hemorragia venosa: cuando se secciona una vena. Se produce la salida continua de la sangre y de color rojo oscuro.
- Hemorragia capilar: poca salida de sangre y puede controlarse fácilmente.
• ¿Cómo actuar ante una hemorragia?
Ante una hemorragia externa
Para controlar y detener la hemorragia, se deben seguir tres métodos de manera escalonada, avanzando al siguiente solo si el anterior no resulta efectivo.
En primer lugar, mediante compresión directa del punto sangrante por medio de un apósito o gasa estéril, comprimimos la herida para cortar la hemorragia, haciendo vendaje compresivo. Si las compresas se empapan de sangre, colocaremos otras encima y continuaremos apretando, nunca quitaremos el vendaje. Si es un miembro, lo elevamos a un nivel por encima del corazón para mantener la circulación.
Si la hemorragia persiste y no puede controlarse mediante presión directa, se intentará detener por compresión del punto arterial. De esta forma la presión se ejerce directamente sobre la arteria. Es importante recordar que esta técnica disminuye gran parte de la irrigación de todo el miembro y no solo de la herida, como ocurre con la presión directa.
Por ello:
- Si la hemorragia se detiene después de tres minutos de presión, debemos soltar lentamente el punto de presión directa.
- Si por el contrario continúa, debemos volver a ejercer presión sobre la arteria.
Cómo último recurso, y SÓLO si los dos mecanismos anteriores fallan y la hemorragia es tan grave que pueda comprometer la vida de la persona, aplicaríamos el torniquete. Las pautas para su aplicación son:
- Se coloca en la raíz del miembro afectado.
- Utilizar una banda ancha.
- Anotar la hora de colocación.
- Ejercer solo la presión necesaria para detener la hemorragia.
Ante una hemorragia interna
Son aquellas que se producen en el interior del organismo, sin salir al exterior, por lo que no son visibles y son difíciles de detectar. Podemos sospechar una hemorragia interna por la existencia de fuertes traumatismos con síntomas y signos de fallo circulatorio:
- Piel pálida, fría y sudorosa.
- Pulso débil y rápido.
- Respiración rápida y superficial.
- Cambios en el estado mental o en el comportamiento, como ansiedad o agitación.
- Somnolencia.
Debe solicitarse ayuda médica lo antes posible. Se tomarán medidas de soporte vital básico (soporte de vía aérea, respiración y circulación) hasta la llegada de la atención especializada o hasta proceder a la evacuación urgente, controlando siempre los signos vitales (consciencia, respiración, circulación, etc.).
Ante una hemorragia exteriorizada
Según el tipo de hemorragia:
| Epistaxis | Otorragia |
| Exteriorizada por la nariz, como consecuencia de trauma sobre la misma, subida de tensión o dilataciones de las venas nasales hasta su ruptura. | Es la salida de sangre por el oído y constituye un signo indirecto de fractura de la base del cráneo en traumatizados. |
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Actuación: Presión directa sobre tabique nasal (5 minutos) manteniendo la cabeza inclinada hacia delante. |
Actuación:
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