8. Procesos de producción y criterios de sostenibilidad
El diseño sostenible, al ser un enfoque novedoso, no cuenta todavía con unos principios consensuados, pero sí predominan una serie de aspectos comunes que se repiten en el diseño de productos sostenibles. Estos incluyen:
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Diseño para la desmaterialización: consiste en minimizar u optimizar el consumo de energía y materiales a lo largo de todas las fases del ciclo de vida del producto. Su objetivo es reducir los desechos y extender la vida útil del producto, diseñándolo para que permanezca en uso el mayor tiempo posible. Además, como se deben considerar todos los procesos desde la fabricación hasta el uso final del producto, siempre son preferibles formas compactas y de menor tamaño para reducir el espacio necesario durante el transporte.
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Diseño para la detoxificación: consiste en eliminar materiales dañinos para la salud y el medioambiente y utilizar fuentes de energía renovables y tecnologías limpias durante la fabricación. Es importante contar con una base de datos de materiales tóxicos insalubres y peligrosos para evitar su uso, así como una segunda base de datos de materiales no dañinos para incorporarlos siempre que se pueda en los diseños. Además, se debe considerar la posibilidad de reciclaje y evitar mezclas químicas complejas siempre que sea posible.
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Diseño para revalorización: en el contexto de la economía circular, el diseño debe facilitar la reutilización, el reciclaje y la recuperación del producto. Esto implica que el producto debe ser fácil de desmontar para recuperar sus materiales y, además, estar diseñado para ser multifuncional o adaptable a diferentes usos o bien sea transformable en algo nuevo.
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Diseño para la protección del capital y renovación: se enfoca en equilibrar los recursos utilizados con la generación y renovación de diversos tipos de capital (humano, natural y económico) para una producción sostenible. Este principio también aborda aspectos sociales, como asegurar condiciones de trabajo seguras e inclusivas con salarios justos, sin descuidar que los productos deben generar beneficios económicos que garanticen su sostenibilidad a largo plazo.
Además, en el diseño de productos sostenibles, la sostenibilidad debe estar presente desde el principio, en todas las etapas de su vida. Por ello, hay que incluir las siguientes cualidades:
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Sostenibilidad en la fabricación: implica un uso más eficiente de los recursos al eliminar la generación de desechos siempre que sea posible durante esta fase. Además, conlleva la selección de proveedores que cumplan los mismos principios de sostenibilidad y valoren la proximidad, facilitando la coordinación y comunicación fluida para alcanzar objetivos comunes.
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Sostenibilidad en la distribución: en la comercialización de un producto, la sostenibilidad se ve afectada por varios factores, como el embalaje y la logística asociada. Reducir el uso de materiales para el embalaje y optar preferentemente por opciones biodegradables son medidas importantes para mejorar la sostenibilidad. Además, el medio de transporte utilizado y las distancias recorridas son factores cruciales en la minimización del impacto ambiental.
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Sostenibilidad en el uso: se deben adoptar medidas para prolongar la vida del producto lo máximo posible, mejorando su permanencia, proporcionando piezas de repuesto cuando sea necesario y un servicio técnico a disposición de los usuarios.
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Sostenibilidad en su eliminación: consiste en adoptar las medidas que faciliten la reutilización, recuperación, reciclaje o compostaje. Esto puede incluir servicios de recogida o incentivos económicos para la devolución del producto a la cadena de producción.
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Falso
Esta afirmación es falsa. El diseño para la desmaterialización busca minimizar el consumo de materiales y energía, lo que generalmente implica el uso de productos más compactos y de menor tamaño para reducir el espacio necesario durante el transporte y mejorar así la eficiencia en la fabricación. consiste en minimizar u optimizar el consumo de energía y materiales a lo largo de todas las fases del ciclo de vida del producto. Su objetivo es reducir los desechos y extender la vida útil del producto, diseñándolo para que permanezca en uso el mayor tiempo posible.