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RESUMEN

Actualmente nos enfrentamos a retos de suma gravedad que tienen que abordarse de forma global y urgente, ya que afectan al conjunto de la humanidad. Los principales retos son:

Las consecuencias de la actividad humana sobre el medioambiente tienen que ver con múltiples sectores, como son la producción de energía eléctrica, el transporte, la agricultura y ganadería, la construcción, la industria o el tratamiento de residuos. Dado que cada sector tiene impactos ambientales específicos, es importante analizar estos efectos de manera diferenciada e identificar las acciones necesarias para mitigar y reducir los daños causados por cada actividad.

De todos los problemas tratados, el cambio climático es el que requiere una intervención más urgente. Si no se detiene el aumento de las temperaturas, la supervivencia de muchas especies, incluida la humana, estará en grave peligro. El sector que tiene un peso mayor es el del transporte, que supone casi un tercio de las emisiones. 

Los problemas medioambientales tienen repercusiones negativas sobre la humanidad, como la pérdida de salud, riesgos en la seguridad alimentaria, las cadenas de suministro y la producción, el aumento de costes y la pérdida de productividad, y por último, la pobreza y los desplazamientos forzosos.

Los estudios científicos indican que, para que la Tierra siga siendo habitable, el calentamiento global medio debe limitarse a 1,5 ºC por encima de los niveles preindustriales, sin superar los 2 ºC. El objetivo global es alcanzar el balance neto de cero emisiones o "Net Zero" para frenar ese aumento de la temperatura media.  Para alcanzar esta meta hay que adoptar medidas globales, nacionales, regionales e individuales, y crear alianzas. Estas medidas se centran en:

  • La reducción de emisiones.
  • La absorción de GEI de atmósfera.
  • La adaptación.

Puesto que los problemas ambientales tienen un alcance planetario, las soluciones tienen que adoptarse de forma global. Un solo país, por mucho que reduzca su impacto ambiental, no puede resolver el problema si otros países continúan aumentándolo. Por ello, es necesario formar alianzas variadas (internacionales, regionales) entre entidades tanto públicas como privadas y organizaciones no gubernamentales (ONG).

En la actualidad, el Objetivo 17 de los ODS planteado en la Agenda 2030 busca revitalizar la alianza mundial para el desarrollo sostenible. La Agenda 2030 es universal y exige la participación de todos los países, tanto desarrollados como en desarrollo, para garantizar que nadie se quede atrás. La colaboración entre gobiernos, sector privado y sociedad civil es esencial para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).